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Escultimo y reeducación

Escultimo y reeducación

 

 Entre 1939 y 1945, se da en Europa un periodo crítico que rompe con diferentes situaciones y proyectos de construcción de una ciudadanía libre y formada. Coincide con el final de la Segunda Guerra Mundial, el nacimiento de una figura profesional que recibe en Francia el nombre de éducateur specialisée (educador especializado) , y que a pesar de que anteriormente ya existían figuras similares, encuentra ahora un impulso y ecos sin precedentes. En dichos años tiene lugar (especialmente en 1945) un sentimiento de urgencia, casi de culpabilidad: es necesario salvar a los niños de la guerra que se encuentran en peligro o bien que corren el riesgo de perderse[1].  Una de las reacciones a dicho estado de “mala conciencia” por la condiciones sociales en que la guerra ha dejado el país, será (en Francia) la restauración de determinados elementos relacionados con la protección a la infancia. La publicación de la ordenanza de 2 de febrero de 1945 establece algunos principios que complementan las experiencias reeducadoras iniciadas por algunas instituciones antes y durante la guerra. Forman parte de dicha ordenanza:·   La opción “educativa” frente a la represión y castigo de los menores·   La especialización de un juez único·   El conocimiento profundo del niño·   La diversidad de centros para dar respuestas individualizadas Es precisamente en este contexto que se encuentra la vertebración entre el escultismo y algunas instituciones reeducativas. Tal vez, y por sus dimensiones políticas todavía más, la reforma de Saint-Hilaire y de Saint-Maurice a través de la introducción de jóvenes “educadores” que utilizarán el método scout, sea de las que más marcarán este anunciado cambio metodológico en el campo reeducativo[2].    A pesar de las pocas referencias que hablan de escultismo y reeducación, éstas siempre olvidan la que podría ser una de las primeras que existió. Se trata, en opinión nuestra, de una experiencia aislada, pero que pudo marcar enormemente una manera de hacer. La Casa de Familia en Barcelona entre los años 15 y 20 disponía de un grupo de exploradores. La finalidad de los mismos era dotar a los chicos de actividades culturales y recreativas que fueran positivas para su educación. Tal como manifiesta Santolaria al respecto: “No se ofrecía sólo un albergue y un trabajo, sino la posibilidad de encarnar valores juveniles que levantaran el sentimiento de su propia valía, tan dañado por un cierto retraimiento y complejo de inferioridad que había ocasionado la marginación sufrida en su vida" (1984:249). Si ésta fue una experiencia clave, hubo que esperar al final de la Segunda Guerra Mundial para recuperar una mirada escucha en el mundo de la reeducación. Los primeros años de posguerra mundial son años de reconstrucción de los países que han sido devastados por los bombardeos. Los niños son los más perjudicados en estas deplorables situaciones y hace falta que alguien se haga cargo de su situación. Durante los años de guerra el número de niños en situación de delincuencia son los que figuran en la tabla<A[mesa|tabla]> siguiente: 
194016.937 menores juzgados
194132.327
194334.327
194423.384
                (Ministère de la Justice, Direction de l'Éducation Surveillée,                      1947, rapport annuel. Melun: Imprenta de la Administración)  Existían urgencias para educar a estos menores y había que cubrirlas con mucha inmediatez. Los refugiados todavía no habían sido devueltos a sus  casas y el contexto social de caos era significativo. Niños perdidos o en camino de estarlo era lo que pensaba buena parte de la ciudadanía sobre la infancia de posguerra. Una vez<A[vez|golpe]> finalizada la guerra hacía falta “reparar" y la sociedad se sentía culpable y responsable de estos niños. Es justamente en este punto que la reeducación de menores y el escultismo tienen su encuentro. Para Henri Bouchet se trata de una forma paradójica de escultismo. ¿Qué significa la expresión ”escultismo social" nos podríamos preguntar? En el conjunto del movimiento se trata de un tema muy poco discutido y sólo se hace de forma marginal. Originariamente estaba pensado para trabajar de forma educativa con niños provenientes de ambientes “upper-middle class", pero no con niños y adolescentes en situación de riesgo o delincuentes. En este marco de educación en el tiempo de ocio de las familias burguesas, la acción social scout aparece como una tarea de carácter apostólico. Para Bourquin es también evidente esta relación entre los primeros monitores educadores de 1945 y el escultismo. En concreto afirma que los monitores educadores de principios de 1945 ejercen una praxis que oscila entre la vigilancia, la enseñanza y la animación (1981). En un trabajo sobre los primeros educadores en el campo de la justicia juvenil, Bourquin deja bien claro que “algunos pioneros, a partir del escultimso en 1937, después de un proyecto de formación profesional en 1938, contribuyen a la reforma de dos casa de educación vigilada, antiguas colonias penitenciarias: San Maurice y San Hilaire” (1988:8)[3]. Esta acción se empieza a llevar a cabo porque algunos miembros del movimiento, a nivel personal, empiezan a participar activamente en experiencias de reeducación. De estos educadores scouts infiltrados en las filas de la reeducación de posguerra, algunos intentan crear patrullas scouts en las instituciones reeducadoras y otros sencillamente ejercen su tarea como educadores, pero basándose en lo que el modelo pedagógico scout le había enseñado. En todo este intento de fundamentar experiencias reeducadoras en la pedagogía scout el tema de la “promesa" entra en confrontación con otros elementos. Aun así, es cierto que llegaron a funcionar aunque en ningún momento crearon escuela y quedaron<A[quedaron|restaron]> como experiencias pedagógicas marginales. Curiosamente y siguiendo un mimetismo parecido a lo que sucedió en Francia, en los años sesenta en Barcelona se crean agrupamientos scout para chicos y chicas con “problemas". En concreto se trata del agrupamiento scout ASPANIAS (1967-1975) y el agrupamiento scout NINES (1969-1972). Este tema ya era reconocido y planteamiento claramente por<A[para|por]> el fundador del movimiento scout, Baden-Powel: En el movimiento scout hemos fundado secciones para los chicos físicamente disminuïdos los cuáles se sienten orgullosos de formar parte de la asociación extendida por todo el mundo y se esfuerzan por ayudar a los otros en su trabajo. (Citado por Minyons Escoltes i Guies Sant Jordi (1990) Integració. Barcelona).  La variante española del escultismo aplicado a la reeducación o a la educación especial, no pasa por la educación de niños que han cometido un delito, sino que se especializó en actividades de ocio, y de ocio con chicos y chicas con discapacidad. Y si nos ponemos a analizar lo que sucede actualmente con la procedencia de los estudiantes que cursan la carrera de educación social veremos que un porcentaje muy elevado ha tenido experiencias previas en el movimiento scout o en otras entidades que trabajan en el campo de la educación en el ocio.


[1] M. Gardet (2000) “La protection de l’enfance  et l’adolescence en Bretagne dans les années 1940: un montage regional original?”, Revue d’Histoire de l’Enfance Irrégulière, 3. En línea http://rhei.revues.org/document77.html (15/11/2006).
[2] J. Bourquin (1995) “La patrouille des Renards dans les cages à poules”, en M. Gardel y F. Tétard,

[3] Es importante remarcar que en Francia, a partir de 1927, las colonies pénitentiaires toman el nombre de maisons d’éducation surveillée. Los vigilantes pasan a llamarse monitores y los colonos pupilos.

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